Cuando era chica, como a todas las niñas de este rincón del planeta, jugaba a la cocinita.
Supongo que en el fondo los niños juegan a imitar la realidad juegan a ser grandes.
Hoy también juego a la cocinita pero de verdad.
Digo que es un juego porque hay mil variantes, mil opciones, mil ingredientes y combinarlos es casi como un juego solo que ahora quien se comerá la comida no será una muñeca y la comida no es imaginaria.
Es parte de la vida: si te gusta comer (y a mi si que me gusta!!) aprender a cocinar es el siguiente paso (aunque no siempre alguien con buen diente tiene buena sazón)
A mi me gusta cocinar, lástima que no tenga mucho tiempo para dedicarle al asunto, mi creatividad se ve restringida por la falta de tiempo.

La internet ayuda mucho porque en verdad todas la recetas que te imagines y las que no te imagines pululan por alli. Lo mas interesante es poder revisar las diferentes formas en que cada uno prepara determinado plato, algunas hasta tienen fotos como esos libros de resposteria que hacian que muriera cualquier voluntad de dieta. Atras quedaron los tiempos en que las recetas pasaban de madre a hija o que aprendias algun secretito de cocina conversando con alguna cacera en el mercado, la modernidad ha llegado.