15 de septiembre de 2008
Ayer justo le decía a mi esposo que cuando uno se casa con alguien, supuestamente se hace uno con esa persona, el "tu y yo" se convierten en un "nosotros" y "mi vida y tu vida" se convierte en "nuestra vida" pero que la manera más concreta de hacerse uno era la vida que crecía dentro de mi, porque por mucho que uno se ame y se funda con el otro en el acto de amarse plenamente tanto física como espiritualmente, la realidad es que seguimos siendo dos viviendo la fantasía de ser uno, viviendo la vida que decidimos vivir juntos pero este bebe, el o ella, si es nosotros hecho uno.
Entonces mi bebe es la suma de nosotros la suma de uno más uno que, para contradicción matemática, da uno, nuevo, diferente pero similar a nosotros, este producto de un amor inmenso, gigantesco, que nos sobrepasa y asombra diariamente este pequeñín esta dentro de mi.
Un día te dicen que estas embarazada, es posible que tú ya lo hayas presentido y quizás incluso lo desearas pero es una pruebita en sangre la que te dice que efectivamente hay alguien allí dentro de ti.
Entonces los días pasan y comienzas a sentir todos esos malestares odiosos que te dejan tumbada sin ganas de nada más y pensando que todas las madres del mundo son verdaderas mártires, que una es una debilucha y que aquellas que tienen más de un hijo son realmente fanáticas porque tu ni a la fuerza pasas otra vez por eso. Es muy posible que por esos tiempos te hagan una ecografía algo monse porque veras una manchita con apenas forma que te dirán que es el bebe pero a ti te parecerá muy amorfa aunque la amaras con locura e incluso, como yo, lloraras como zonza mientras te vistes en el baño de la sala de ecografías porque eres un tanto como Santo Tomas y ver esa mancha te emociona mucho.
Luego los malestares comienzan a pasar, ya no te cuesta tanto ir a trabajar y entonces es que comienzas a engordar de esa manera bonita de ser gorda (al menos en mi caso ha sido así aunque hay mujeres que no engordan hasta el final) que no te hace sentirte triste ni culpable, de esa manera que cuando te miras al espejo te hace sentir orgullosa de la barriga que tienes encima.
Y entonces llega esa ecografía a los cuatro meses y algo más donde ves a un bebe, ya no una mancha amorfa, un bebe definido con todo lo que un bebe debe tener que se mueve y parece tener toda una personalidad. Ese día tomaras una conciencia extraña de que tienes a un ser único e irrepetible dentro de ti y te comenzaras a preguntar porque si se mueve tanto no sientes su movimiento.
Un día comenzaras a sentir que se mueve…y entonces te sorprenderás, auque ya sabias que estaba allí te sorprenderás. Y así cada día es una maravilla en la que solo tienes ganas de darle gracias a DIOS por todo lo que te pasa y por que te haya regalado la oportunidad de vivir cada uno de estos instantes únicos.
Es complicado ponerlo en palabras…pero en verdad es tan desbordante lo que se siente que sería mezquino de mi parte no intentar dejar un registro de la vorágine de sentimientos que me embargan cuando siento esta vida creciendo en mi.
Entonces mi bebe es la suma de nosotros la suma de uno más uno que, para contradicción matemática, da uno, nuevo, diferente pero similar a nosotros, este producto de un amor inmenso, gigantesco, que nos sobrepasa y asombra diariamente este pequeñín esta dentro de mi.
Un día te dicen que estas embarazada, es posible que tú ya lo hayas presentido y quizás incluso lo desearas pero es una pruebita en sangre la que te dice que efectivamente hay alguien allí dentro de ti.
Entonces los días pasan y comienzas a sentir todos esos malestares odiosos que te dejan tumbada sin ganas de nada más y pensando que todas las madres del mundo son verdaderas mártires, que una es una debilucha y que aquellas que tienen más de un hijo son realmente fanáticas porque tu ni a la fuerza pasas otra vez por eso. Es muy posible que por esos tiempos te hagan una ecografía algo monse porque veras una manchita con apenas forma que te dirán que es el bebe pero a ti te parecerá muy amorfa aunque la amaras con locura e incluso, como yo, lloraras como zonza mientras te vistes en el baño de la sala de ecografías porque eres un tanto como Santo Tomas y ver esa mancha te emociona mucho.
Luego los malestares comienzan a pasar, ya no te cuesta tanto ir a trabajar y entonces es que comienzas a engordar de esa manera bonita de ser gorda (al menos en mi caso ha sido así aunque hay mujeres que no engordan hasta el final) que no te hace sentirte triste ni culpable, de esa manera que cuando te miras al espejo te hace sentir orgullosa de la barriga que tienes encima.
Y entonces llega esa ecografía a los cuatro meses y algo más donde ves a un bebe, ya no una mancha amorfa, un bebe definido con todo lo que un bebe debe tener que se mueve y parece tener toda una personalidad. Ese día tomaras una conciencia extraña de que tienes a un ser único e irrepetible dentro de ti y te comenzaras a preguntar porque si se mueve tanto no sientes su movimiento.
Un día comenzaras a sentir que se mueve…y entonces te sorprenderás, auque ya sabias que estaba allí te sorprenderás. Y así cada día es una maravilla en la que solo tienes ganas de darle gracias a DIOS por todo lo que te pasa y por que te haya regalado la oportunidad de vivir cada uno de estos instantes únicos.
Es complicado ponerlo en palabras…pero en verdad es tan desbordante lo que se siente que sería mezquino de mi parte no intentar dejar un registro de la vorágine de sentimientos que me embargan cuando siento esta vida creciendo en mi.